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  • Ximena Suárez Aguirre

CON AFECTO

Les dejo aquí una pequeña playlist que pueden escuchar mientras leen este post:

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Así como las estaciones cambiaron, mi vida lo hizo también. Este año asenté y acepté una creencia que tuve inconscientemente por ya algo de tiempo, la de la INTENCIÓN. Como yo no puedo personalizar las acciones de los demás para conmigo he decidido preguntarme seguido: ¿Con qué intención hago y digo yo las cosas? ¿Qué es lo que pretendo con tal o cual actuar? ¿Qué me quiere mostrar mi reacción ante tal situación? Eso me ha permitido detenerme un momento a analizar(me), y la primera respuesta es la que más me gusta porque es la que se asoma sin que intervenga mi razón, así es, hablo de mi INTUICIÓN, esa maravilla que tuvo el tino de afinarse más este año; el sol, la luna y las estrellas se lucieron con ese sentido que agradezco todos los días; dudé mucho de esa capacidad y la ponía a prueba cada que me sentía cómoda, últimamente he dejado que ella sea la que me guíe porque cada que dejo que lo haga, las cosas salen bien.

Así como el aire y los colores cambiaron durante el año, mi vida lo hizo también, a veces recuerdo lo que pasó en mi veinte veintidós y todo me parece muy lejano, como esos recuerdos que traen extrañeza y nostalgia, pero también una bocanada de aire fresco y más tranquilo.


Se barruntan tiempos de cambio y no tiene porque ir a peor” dijo Rita en Velvet, y fue una línea que se quedó muy grabada en mi cabeza, poco iba yo a saber que era una premonición para lo que venía. Le tuve tanto terror al cambio que irónicamente fue de lo único a lo que me pude sostener cuando mucho se movía en mi vida, porque no había algo más que yo pudiera hacer al respecto. Me parece realmente increíble que de hace un año a hoy muchísimas cosas han cambiado, y han sido cambios grandes, cambios que desembocan en mi pregunta del millón: ¿estoy en el camino correcto? Pues confío con todo mi espíritu que sí.


Además de los cambios (que fueron constantes), leyendo poesía, reviendo discursos de Nam, Yoongi y Taylor, escuchando música nueva y mi segura, viendo cielos, aprendiendo y desaprendiendo, creando y destrozando, llorando y enojándome, riendo y dando abrazos se fue mi año. Durante estos meses que comprenden al año tuve la constante sensación de insuficiencia, que no estaba haciendo mucho, que algo hacía falta, sin embargo, ahora que sé que es lo que faltaba, puedo recapitular que fueron meses en los que, para bien o no, estuve en una zona en la que constantemente di más que mucho, y sin sorpresa (obviamente), me cansé; ese cansancio me llevó al punto en que decidí soltar y rendirme, (no puedo creer que esté escribiendo que “me rendí”, el ego en mi cabeza me esta lanzando una mirada juzgoncita jaja) y a decir verdad, eso es lo mejor que he hecho, ¿recuerdan cuando Taylor en Call it what you want dice: “I did one thing right”? Para mi eso fue el rendirme.


3 cosas han sido fundamentales últimamente: el tiempo, el sentir y la mente.

Por alguna razón desde muy chica le he dado mucho valor al tiempo, ya sé que el tiempo es una construcción social-económica-política- pero en esta vida tan corta me parece muy valioso, y solía aferrarme mucho a él. Estos últimos meses ha sido más que valioso, necesario, sobre todo el que pasa en silencio, y en vísperas del otoño se dio la oportunidad de pasarlo así, y lo único que hice fue tomarla (muy swiftie en su Reputation era si me preguntan), en estos meses pasaron muchas cosas y una de ellas y muy importante es que Tay sacó MIDNIGHTS!!! Ese no es un álbum, es un viaje a mi alma jaja. Soy consciente de que no ha terminado ese tiempo pero me alegra estar escribiendo esto para lanzarlo al mundo, como la grande Pizarnik dijo: “el punto de esto es encontrarle palabras a lo que siento” y aunque se lea fantasioso, desde la primera coma hasta el último punto, entre letras me siento segura.


Sobre la emoción y la mente puedo contarles poco de lo mucho, habían emociones que antes no me permitía sentir, y este año sin aviso alguno aparecieron con intensidad, así que no he podido más que hacerles frente, y por alguna otra razón esos sentires a pesar de ser “nuevos” no me parecieron para nada lejanos, el enojo, la frustración, el caos, el descontrol, la incertidumbre, fueron emociones que se sintieron familiares, creo que por eso, a pesar de todo, hubo una calma impasible dentro de mí. Hay gente que le llama a eso FÉ.

Soy una persona que siente y piensa mucho, este año abrí grande los brazos y abracé con cariño el “Eres la más sensible” que en una carta me dijeron los reyes magos, el “eres demasiado noble” que me dijeron hace un par de meses, porque entre más reconozco lo que siento, más lo acepto. Acepto y amo con todo ser sensible y racional, soñadora y lógica, ¿Por qué? Porque soy yo, a la que le gusta hacer planes y basarse en hechos y aún así le pide respuestas a las estrellas.


No pretendo ser “toxic positive” como me dijeron alguna vez, ni convencerlos de algo, para nada, sólo quiero recomendarles una cosa, no dejen de soñar y creer en la magia, que por eso estamos aquí.


Me da mucho sentimiento escribir esto porque ya sin pena ni culpa acepto y abrazo que mi alma busca calma, la vida terrenal-humana es un poco difícil y lo que yo busco es vivir ligero, aprender a vivir lento, ya no quiero correr ni perseguir, quiero estar en calma. A por los sueños, piniwinis. Con certeza puedo decir que es la primera vez en mi (espero) corta vida en la que genuinamente siento que estoy fluyendo, como ya dije, sigo siendo una persona de planes claro, pero ya no me incomoda estar fuera de la cajita en la que me metí (y/o metieron) ¿y saben que es lo más increíble? Que me di cuenta que está permitido cambiar, está permitido crecer, decir que sí, decir que no, comer, y que está permitido empezar de nuevo. Quiero pensar que eso es la FLEXIBILIDAD, y como cité en otra entrada, “¿cómo se consigue la flexibilidad? Estirando.” Pues miren que me ha tocado estirar mucho este año. Porque los planes cambian y no significa que esté mal, porque la gente decide casarse en menos de un mes aunque estén juntos desde hace más de 13 años, porque la gente que no usaba cinturón de seguridad decide ponérselo un día y se salvan la vida, porque la gente decide renunciar a su trabajo y navegar a otras aguas, porque la gente decide hacer prácticas en una ciudad donde no conoce a nadie, porque la gente decide ponerse primero e irse de donde se quería quedar siempre, porque la gente un buen día se avienta a hacer un podcast, la vida está hecha de decisiones y ELECCIONES, así es como todo se va poniendo en su lugar.


Cada año agradezco pero este 22 es el agradecimiento más genuino y diferente que he sentido, a lo que vino, a lo que se fue, a quien profesionalmente me guió, a quienes emocionalmente me acompañaron, a quienes en este tiempo de aislamiento se acercaron, a mi cuerpo y alma.

El KARMA es real y yo les deseo todo lo que se merecen.


Siento que dije mucho y nada, pero bueno, gracias por leerme; espero tengan una vida dichosa y con ligereza en el corazón. Defiendan sus ideales, sean justxs, confíen, y ¡pónganse el cinturón de seguridad!.




E allora, naviga tranquillo, amico mio, ché in questo mare non c'è uno squalo.



Ximena Aguirre

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